Al hablar de simuladores de coche, la mayoría de las personas tiende a asociar este término con los videojuegos. Un volante y unos pedales enchufados a una consola con los que jugamos a ser un piloto de carreras, batimos récords y ganamos trofeos.
Los videojuegos pueden ser divertidos, pero no son una herramienta válida para aprender o enseñar a conducir.
Simescar Lite, no ha sido diseñado para divertirse, sino para ofrecer a las autoescuelas una herramienta pedagógica innovadora y eficaz en la formación de nuevos conductores. Pero, ¿por qué decimos que Simescar Lite no es un videojuego?
Te contamos cuáles son las principales diferencias.
Diferencias entre Simescar Lite y un videojuego
Las principales diferencias residen tanto en el propósito del simulador, como en su software y su hardware:
1. El objetivo
El fin de un videojuego es el ocio y el entretenimiento. Simescar Lite es una herramienta pedagógica cuyo objetivo es formar de manera eficaz a los futuros conductores.
El propósito del simulador también es familiarizar al alumno con los mandos y el manejo del vehículo antes de empezar sus prácticas reales, y que de esta manera, se enfrenten a ellas más seguros y confiados.
Hay que tener en cuenta que no todos los simuladores son aptos para autoescuelas, tienen que reunir una serie de características para ser eficaces en la formación de nuevos conductores.
2. Plan pedagógico
Una de las principales diferencias entre un videojuego y un simulador es el plan pedagógico. Mientras que en la mayoría de los videojuegos de conducción, los usuarios completan circuitos o compiten en carreras, en Simescar Lite cuenta con un completo plan formativo diseñado específicamente para alumnos sin nociones de conducción, donde puede enfrentarse a ejercicios que van desde manejar los mandos básicos del vehículo hasta practicar situaciones de riesgo como conducción con hielo o aquaplaning.
3. Ejercicios testados y avalados por profesionales
Aunque en ambos casos el software está desarrollado por programadores y artistas 3D, en el caso de nuestro simulador para autoescuelas, los ejercicios que componen el plan pedagógico han sido validados por profesionales del sector y profesores de formación vial que avalan su eficacia.
4. Practicar con mandos de coches reales
Mientras los videojuegos utilizan un hardware diseñado para gaming que no se adapta a las necesidades del aprendizaje, nuestro simulador Simescar Lite incluye mandos de vehículos reales.
El alumno practicará con manetas, palanca de cambios, pedales y volante de un vehículo real con el objetivo de que la experiencia del alumno sea lo más realista posible, lo que le permite afrontar con mayor soltura sus primeras prácticas con el coche de tu autoescuela.
5. Medición de resultados
“Todo lo que se puede medir, se puede mejorar”. Gracias al informe que genera el simulador después de cada práctica, puedes evaluar el desempeño de cada uno de tus alumnos, detectando así sus puntos fuertes y puntos de mejora para potenciar su formación allí donde más lo necesitan.
6. Otro usos eficaces del simulador
A diferencia de los videojuegos, los simuladores de conducción también pueden usarse para otros fines que no sea la formación de conductores noveles. Numerosas empresas como Bimbo o Danone, forman a sus conductores con nuestros simuladores con la finalidad de potenciar la seguridad laboral en sus empresas, ayudando a sus trabajadores a mejorar sus hábitos al volante practicando técnicas de conducción segura y eficiente.
Nuestra visión para Simescar Lite
Nuestra visión es que todas las autoescuelas de España tengan acceso a la tecnología de simulación y una oportunidad de digitalizar sus centros con herramientas innovadoras para la formación como son los simuladores de conducción.
Por este motivo, te invitamos a probar Simescar Lite en el showroom de nuestras oficinas en Madrid o contactar a través del formulario para más información.